La democracia es un enfoque sistémico y por ello, no siempre es fácil de entender, ni es "sexy" de vender. 

Aquí van algunos apuntes:

La democracia no cree en las personas, sino en el sistema que protege a las personas.

La democracia no adora a los políticos, "adora" al sistema que limita el poder de los políticos.

La democracia no garantiza resultados, garantiza reglas que protegen libertades para que cada quien busque los mejores resultados.

La democracia no cree en la bondad del ser humano, por el contrario, reconoce que todo ser humano que tenga poder muy probablemente abusará de él y fija reglas para evitarlo.

La democracia le otorga el mismo poder al voto a todos, y justamente por ello, tiene reglas para evitar el abuso del poder de la mayoría y garantizar la libertad de la minoría, y de ellas, la minoría más pequeña: el individuo.

La democracia no depende de la sabiduría de sus líderes, sino de la sabiduría de sus reglas; por ello, la primer regla es que nadie está por encima de ellas.

La democracia no cree en la sabiduría de un iluminado o de un grupo de iluminados, sino en la sabiduría que el tiempo y la mayoría le han dado al sistema con la prueba, el error y el aprendizaje. Y sí, algunos pueblos tienen más experiencia en ello que otros y han construido mejores sistemas.

En democracia, todo mundo tiene derecho a creer en lo que guste pero nadie tiene derecho a imponerle esa creencia a los demás.

Algunos podrán creer en un líder carismático que deba estar por encima de la ley, la democracia respeta la creencia como creencia, pero en la práctica, el sistema no tolera a nadie por encima de la ley.

La Teoría de Juegos propone que el sistema más efectivo es aquél en que todos protegen al sistema porque si alguien traiciona al sistema, el perjuicio es para todos. En la práctica, quienes mejor entienden esto son aquellos que pertenecen a la clase media, porque no tienen los privilegios de los muy ricos ni las necesidades de los muy pobres.

La democracia se reconoce imperfecta y por ello, respeta a la crítica y tiene reglas para mejorar al sistema. Es el único sistema político que lo hace.

La democracia siempre ha tenido enemigos, pero a lo largo de la historia ha demostrado ser el sistema menos malo y el que más contribuye al bienestar del ser humano. Se fortalece con los políticos y ciudadanos que la respetan y la promueven, y se pone a prueba con los que intentan boicotearla.

Santiago Roel R.